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miércoles, 27 de julio de 2011

Pintoras surrealistas: Maruja Mallo


Cuando pensamos en la pintura surrealista, enseguida nos vienen a la cabeza nombres como Salvador Dalí, René Magritte o Max Ernst pero casi nunca un nombre de mujer. Much@s de nosotr@s no sabemos que hubo artistas femeninas dentro de ese movimiento tan merecedoras de nuestro interés como ellos. Mujeres como Maruja Mallo, Dorothea Tanny, Remedios Varo, Leonor Fini, Frida Khalo o Leonora Carrington son prácticamente unas desconocidas para la mayoría. Frida Khalo tal vez sea la más famosa aunque también hay que decir que durante su vida, su amado Diego Rivera le hizo algo de sombra. En este post hablaré de una de ellas: Maruja Mallo.


 Maruja Mallo nació en un pueblo de Lugo en 1902 y con 20 años viajó a Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí frecuentó la Residencia de Estudiantes y conoció a los intelectuales y artistas de la época: Dalí, Lorca, Buñuel, María Zambrano, Concha Méndez y Rafael Alberti con el que mantuvo una relación durante varios años antes de que éste conociera a María Teresa León. Concha Méndez y ella fueron las primeras mujeres en Madrid en salir a la calle sin llevar sombrero, una práctica que resultó escandalosa en aquella época. Maruja Mallo fue también la única mujer que frecuentaba la tertulia de la filósofa María Zambrano en la Plaza Conde de Barajas. Solía ir a los lugares de moda a bailar el charlestón y era una mujer moderna, transgresora y tremendamente vital que se adelantó al feminismo e influyó y deslumbró a sus amigos de la generación del 27.

Realizó su primera exposición en la primavera de 1928 en los salones de la Revista de Occidente, revista con la que también colaboraría haciendo viñetas. Una de sus series de cuadros más conocidas fue la llamada "Verbenas y Estampas" en la que representó temáticas modernas como las máquinas, el deporte o el cine. También trabajó realizando las portadas de numerosas publicaciones literarias. A finales de 1928, dio un giro a su pintura con la serie "Cloacas y campanarios" cambiando el colorido de sus cuadros por tonos oscuros y plasmando los paisajes de las afueras de Madrid de una forma desgarradora.

En 1932, se marchó a París y conoció a artistas como René Magritte, Max Ernst, Giorgio de Chirico o Joan Miró. También se relacionó con André Breton, Paul Eluard y Louis Aragon. André Breton le compró el cuadro llamado "Espantapájaros", un cuadro lleno de espectros que hoy se considera una de las grandes obras del surrealismo.
En 1935, conoció al poeta Miguel Hernández con el que colaboró artísticamente y con el que tuvo una apasionado romance.



Maruja Mallo fue una mujer comprometida con la República. Participó en las Misiones Pedagógicas en Galicia y elaboró carteles de propaganda antifascista para el Frente Popular. Al estallar la guerra civil, huyó a Portugal. Después se trasladó a Buenos Aires, donde permaneció durante 25 años manteniendo amistad con Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Durante todo ese tiempo, siguió trabajando y exponiendo. En la época del exilio, pintó cabezas y bustos femeninos, máscaras basadas en cultos afroamericanos y cuadros que reflejan su fascinación por el Océano Pacífico con motivos marinos como médusas, estrellas de mar y caracolas. Finalmente, volvió a España en 1964. Con la muerte de Franco, llegó su reconocimiento. Falleció en 1995 en Madrid a los 93 años de edad.


Para quien sienta más curiosidad por esta mujer, he aquí un documental titulado  "Maruja Mallo, mitad ángel, mitad marisco" que RTVE emitió en 2010.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-maruja-mallo/966721/

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