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viernes, 9 de septiembre de 2011

Midnight in Paris

Me encanta Woody Allen y no me pierdo ninguna de sus películas desde hace años pero Midnight in Paris ha sido una de las que más me han gustado últimamente: romántica, ingeniosa, divertida, deliciosa, nostálgica. Los temas son los de siempre: crisis de pareja, crisis existencial y creativa... En definitiva, Allen en estado puro. 

La película relata la historia de una familia norteamericana que viaja a París por negocios. El film juega con el pasado, el presente y el futuro y habla de ese sentimiento que a veces tenemos de que podríamos haber sido más felices con una vida distinta o en otra época diferente. La película nos traslada a los años 20, esos años en los que, como dijo Ernest Hemingway en su novela A Moveable Feast, "París era una fiesta".

A much@s de nosotr@s nos hubiera gustado poder retroceder al París de aquella época como Gil, el protagonista, otro de los muchos alter egos de Woody Allen, para poder ver bailar a Josephine Baker, beber absenta con Hemingway, cenar con Picasso, ir de fiesta con F. Scott Fitzgerald y su mujer Zelda, visitar a Gertrude Stein en su casa de la Rue de Fleurus, conocer a Matisse, Picasso, Buñuel, Man Ray o Dalí (por cierto, magnífica interpretación de Adrian Brody), ir al lujoso apartamento de Cole Porter y escucharle tocar "Let´s do it, let´s fall in love" o entrar en la librería Shakespeare and Company de Sylvia Beach, en esos años en que la capital francesa fue el centro de la vanguardia artística europea.

La película también recrea indirectamente la época del Jazz Age en París, cuando numerosos artistas y músicos afroamericanos cruzaron el Atlántico y trajeron el jazz a la capital francesa, se instalaron en el barrio de Montmartre y encontraron el éxito en un país donde no existían leyes sobre la discriminación racial.

Para poder disfrutar plenamente de la película, hay que conocer los referentes culturales que aparecen aunque alguno sea ficticio (por ejemplo, el personaje que interpreta la actriz Marion Cotillard). Midnight in Paris es una auténtica delicia para l@s que siempre nos hemos sentido atraíd@s por la vida cultural de esa ciudad en el período de entreguerras, para l@s nostalgic@s y soñadores, para l@s que todavía andan buscando su sitio en el mundo y para l@s que quieran disfrutar del mejor Woody Allen. A mí también me hubiera gustado subirme a ese coche al oír las campanadas de medianoche...