La primera vez que escuché al trompetista Miles Davis fue en la película Ascensor para el cadalso del director francés Louis Malle. Miles había llegado a París de gira en 1957 y allí conoció a los intelectuales y artistas de aquella época como el filósofo Jean Paul Sartre, la escritora Simone de Beauvoir, el poeta, novelista y músico Boris Vian o la cantante Juliette Gréco con la que tuvo un romance.
La película nos muestra un París en blanco y negro en el que la protagonista, la actriz Jeanne Moreau, busca a su amante por toda la ciudad sin saber que éste ha quedado atrapado en un ascensor. A petición de Louis Malle, que era un gran aficionado al jazz, Miles Davis compuso la banda sonora visionando las imágenes y componiendo al mismo tiempo. El resultado es una música que se ajusta a la perfección al tono y a la atmósfera inquietante de la película, en definitiva, una de las mejores bandas sonoras de jazz de la historia. Aquí os dejo una escena de la película...
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